jueves, 6 de octubre de 2016

Tallarte



Susúrrame al oído que me quieres  -dijo ella-
Yo prefiero que cojas mi mano y la roces con tus dedos  -le conteste-
Nunca me dices que me quieres –me reprochaba-
-No, nunca entendiste de la forma en la que te lo digo.

Seguramente a lo largo de tu vida
escuchaste muchos te quieros,
te quieros con los ojos brillantes,
te quieros con fondos parisinos,
te quieros mientras acariciaban tu cabello,
te quieros de chin chin de copas…

Sin embargo es tan fácil
manifestar y crear todas esas situaciones,
que por  eso te dije que me rozaras las manos,
porque con ello notarias unas manos con astillas.

No sabes lo difícil que es…
Tallar todos esos te quieros
sutilmente en tan embelesado cuerpo,
no, no me juzgues por no pronunciarlo
tantas veces como quisieran,
estuve tanto tiempo dedicado
al buen uso de mi forma de decírtelo,
 que si te alejas al no escucharlo de mi boca,
acabaras engañándote
cuando te quedes desnuda y observes,
todos mis te quieros,
todas mis dedicatorias.






Jesús Aran


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