Impuse mi mandato
llenándolo de leyes.
¿De qué careces?
¿Qué mereces?
...me pregunté.
Mire a mi alrededor y cerré los ojos,
cuando los abrí
todo lo veía lejos de mí,
solo encontré a mi derecha una pistola
y a mi izquierda una piedra.
Me pregunté:
Por qué tengo al alcance de mi mano buena
el acabar con todo al ver
que no hay nada a mí alrededor.
Luego, mire a mi izquierda,
observe que había una piedra
y no supe el porqué por el que ella estaba ahí
Me puse a pensar y a
pensar:
"¿Quitarme la vida o no?"
Pero mientras pensaba con la cabeza agachada
fui dándole patadas a la piedra
una vez tras otra...
una vez tras otra...
Durante ese momento
no me fijaba en la pistola,
solo en la piedra.
Cuando quise acordar,
alcé la vista
y el sonido de un saxofón me empezó a susurrar.
Curioso de mí deducía,
que mi mano derecha, la más hábil
,
me conducía a la facilidad y al no luchar;
y que la izquierda, tan torpe e
inutilizable,
me reuniría con mi música, con ustedes
y con mi forma de expresar.
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