Como se inventa su esperanza de redención íntima: “Cuando termine la carrera, lo dejaré y conseguiré olvidarlo”.
No, niña. No lo olvidarás. Cuando tengas hijos y les cambies los pañales, te jurarás a ti misma que ellos no vivirán nunca lo que has vivido tú, la esclavitud, en plan Scarlett O´Hara. Y si llegan a correr el riesgo, te volverás la más grande hija de puta con tal de salvarlos, pisotearás a quien sea por evitarles tu suerte, y te habrás convertido en alguien más parecido a tus clientes de entonces que a ti misma.
Olvídate de olvidar.
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