Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta
infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir
detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir
de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no
oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no
se deja ayudar.
Muere lentamente, quien se pasa con los demás, quejándose
de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de
iniciarlo, no pregunta de un asunto que desconoce o no responde cuando le
indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre
que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una
esplendida felicidad.
Depende de cómo lo vivamos…
Si te vas a calentar, que sea al sol.
Si vas a engañar, que sea a tu estomago.
Si vas a llorar, que sea de alegría.
Si vas a mentir, que sea la edad.
Si vas a robar, que sea un beso.
Si vas a perder, que se pierda el miedo.
Y si existe hambre, que sea de amor.
Si es para ser feliz...
que sea todo el tiempo.
Pablo Neruda
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