Por Lucía Etxeberria
Señor Rajoy:
Usted es tonto.
Si le birlan 22 millones (suponemos que bastante más
porque esto es la punta del iceberg) y usted ni se entera, es tonto.
Si en su partido corren los sobres de dinero negro como
la cocaína en un afterauers y usted ni se entera, usted es tonto.
Si usted ve normal que el marido de Andrea Fabra, elegido
A DEDO, eligiera para gestionar los análisis clínicos de la Comunidad a la
empresa de la que es consejero, y que cuando, ocupando aún el cargo en la
Comunidad, decidiera privatizar esos análisis; si usted ve normal lo del ático
en Marbella del señor González, usted es tonto.
Y si usted es tonto, me pregunto cómo va a sacarnos de la
crisis.
Ah… que no nos ha sacado.
Ah… que estamos peor que antes.
Ah… que están ustedes cerrando urgencias, privatizando
sanidad, denegando becas escolares y echando a gente de su casa.
Ah… que en comparación con usted, Zapatero empieza a
caernos hasta bien.
Señor Rajoy, los del partido rival de usted tampoco son
muy listos que digamos. Que en Andalucía también van perdiendo dinero como
locos. Que sí, que lo sabemos.
Lo que yo no puedo entender es que una señora que hasta
ahora ha estado casada con un ministro al que ha elegido usted, una señora que
trabaja para una televisión controlada por usted, una señora, pues, afín a su
partido (a Edurne Iriarte me refiero), me venga poco menos que a soltar ayer
que lo que pasa en su partido no es para tanto porque al fin y al cabo el PSOE
ha hecho lo mismo con los ERES. Y que, a su lado, otro tertuliano también afín
a su partido tuviera la desfachatez de venir a decir que aquí en España quien
más quien menos casi todo el mundo es corrupto y que eso es una cosa de la
idiosincrasia del país.
Idioticracia, más bien.
Señor Rajoy: cada vez que alguien de su partido me viene
a hablar de los ERES de Andalucía para justificar lo que pasa en su partido lo
que me viene a decir es que aquí en España la corrupción es la norma, no la
excepción, y que entonces nos tenemos que apoquinar con lo que hay. Que no
podemos tener sanidad, becas escolares de comedor, urgencias rurales etc.…
porque aquí robar dinero es lo normal.
¿Usted se imagina que la defensa de José Bretón se
argumentara en que también asesinaron a Marta del Castillo y a sus asesinos no
les ha venido a pasar casi nada?
Señor Rajoy: A mí no me vale que la señora Cospedal me
diga que en el PP “quien la hace la paga”.
No me lo creo.
Repito: No me lo creo.
Mentira podrida.
Le recuerdo que en el PP se indulta a los corruptos.
Han indultado ustedes a Tomás Gómez Arrabal, ex alcalde
de la localidad malagueta de Valle de Abdalajis, condenado por corrupción, y
con él a tres concejales condenados por delitos continuados de prevaricación.
Los cuatro eran militantes del Partido Popular. Salvaron de la cárcel a: Josep María
Servitje (ex secretario general del Departamento de Trabajo de la Generalitat)
y a Víctor Manuel Lorenzo Acuña (empresario) que desviaron fondos mediante el
encargo de informes inútiles. Eso lo hicieron cuando aún eran socios de los
convergentes. Indultaron a Constancio Alvarado, ex secretario de la
subdelegación del Gobierno en Cáceres, a José Manuel Sánchez Donoso y a Luis
Calle Fernández, que habían sido condenados en 2010 por vender permisos falsos
a inmigrantes. Indultaron a Miguel Escudero Arias-Dávila, tras ser condenado
por la Audiencia Provincial de Madrid como autor de un delito continuado de
falsedad en documento mercantil en concurso con un delito de estafa. Han
indultado ustedes a políticos, banqueros y empresarios… Y a cuatro mossos de
escuadra condenados por torturas, en una decisión que ha soliviantado de tal
forma a los jueces que casi 200 han firmado un documento en el que acusan al
Ejecutivo de dinamitar la división de poderes (ahí es ná) con una decisión
“abusiva” y “éticamente inasumible”.
En el PP el que la hace no la paga.
Cobra.
Y en negro.
Por si esto no fuera prueba de que en el PP el que la
hace no es que la pague, sino que cobra, le recuerdo a usted el escandaloso
nombramiento de un hombre de La Caixa para la Sala de lo Civil del Tribunal
Supremo. Sí, la misma sala que acabará juzgando las preferentes, las cláusulas
suelo y otros abusos bancarios.
Un auto blindaje del establishment.
Y ¿tengo que recordarle que en 2011 el partido Popular
reclamó el archivo de las actuaciones contra Bárcenas en el caso Gurtel?
Y por cierto, no, no me olvido de que cuando gobernaba el
PSOE también se indulta a los corruptos, no lo olvido.
Señor Rajoy: De nada sirve legislar si los mismos que
legislan garantizan la impunidad de los corruptos.
Pero para rizar el rizo, pretende usted llevar adelante
una reforma penal según la cual…
Despojarían al
Juez Instructor de toda competencia, dejando en manos de la Fiscalía todas las
diligencias de los sumarios.
¿Qué significa esto?
Pues que el sumario pasa de controlarlo un señor que, en
teoría, es independiente, a uno que está regido por el principio de Obediencia
Jerárquica, y cuyo jefe supremo es, ¡oh, sorpresa!, el Ministro de Justicia.
Sustituirían el Principio de Legalidad, que preside
nuestro Derecho, por el de Oportunidad.
¿Qué significa esto?
La diferencia radica en que el primero, de manera
sencilla, obliga a perseguir de oficio todo hecho que revista indicios de
criminalidad, mientras que el segundo se basa en la economía de medios, o sea:
Se persigue… si compensa, o si interesa.
Viene a decir que, dependiendo de quién sea el posible
imputado y posteriormente procesado y condenado, se investiga, o se deja pasar.
Ya se sabe: me debes un favor de los grandes… y ya te lo cobraré.
Todo esto es lo que tiene en mente el Gallardón, pero no
por iniciativa propia, no…
Porque estas medidas cuentan con el entusiasta apoyo de
la clase política.
Y es que suponen el fin definitivo a sus problemas
judiciales.
Es decir, esta reforma penal les viene bien a todos los
corruptos: a los del PSOE, a los suyos, a los de CiU y a los que vayan por
libre.
Señor Rajoy:
Si usted no se ha enterado de que su partido está
corrupto hasta la médula, usted es tonto. Si de verdad me dice que su tesorero
puede birlarle cuatro mil millones de pesetas y usted no alberga la más mínima
sospecha, es usted muy bobo.
Y sí, me creo lo que dicen ustedes de que en el PSOE
tampoco están mucho mejor. Y sí, de verdad, me creo que Pujol tenga cuentas en
Suiza, porque si no se explica de dónde saca para tanto como destaca su hijo,
yo al menos no me explico cómo Oriol y sus hermanos (una nueva versión de Rocco
y sus hermanos) son miembros de al menos 73 empresas, y por qué todas ellas
están relacionadas de una forma u otra con encargos de la Generalitat…
Me lo creo, de verdad que me lo creo.
Eso es lo peor: que me lo creo.
Pero que el partido de al lado también sea corrupto no
hace que el suyo deje de serlo.
Y lo que a mí me queda claro es que usted no está
haciendo nada, pero nada, para luchar contra la corrupción, y sí mucho por
afianzarla.
Por lo tanto señor Rajoy, usted miente.
Usted no tiene ninguna intención de luchar contra la
corrupción.
Le recuerdo a usted que la organización no gubernamental
Access Info Europe, que lucha por la transparencia informativa, le preguntó a
usted, sí, a usted, señor Rajoy, cuáles eran las medidas que ha adoptado España
para luchar contra la corrupción. En realidad se lo preguntó a su antecesor,
pero resulta que la pelota le rebotó a usted. Usted la rebotó a su vez al
Ministerio de Justicia. Allí, el Supremo sostuvo que los datos solicitados son
una forma de pedir explicaciones al Ejecutivo y no una petición de información
en sí.
Y Access Info Europe fue condenada por el Tribunal
Supremo a pagar 3.000 euros de costas por querer conocer las medidas que ha
adoptado España para luchar contra la corrupción.
Señor Rajoy:
España es, precisamente, el único país europeo de más de un millón de
habitantes que no tiene una legislación que ponga coto al secretismo de la
Administración y abra los archivos de todas las instituciones que reciben
fondos públicos.
Y ahora ya no me dirijo al señor Rajoy sino a vosotros
que me estáis leyendo.
Esto se puede y se debe acabar.
La crisis en España no es una crisis financiera, es una
crisis moral.
Y hemos llegado a un punto en el que esto se debe parar.
Y se puede parar.
Se puede exigir al gobierno del Señor Rajoy o al que
venga después que tome medidas para que esto pare.
Medidas simples como:
- Que el indulto, tal y como está concebido, desaparezca.
Que el Gobierno tenga que dar explicaciones claras sobre a quién indulta y por
qué. Para que deje de ser la puerta por la que se escapan los corruptos.
- Que no se lleve a puerto la Reforma Penal proyectada
por Gallardón.
- Que se imponga la transparencia informativa: se
deberían facilitar datos de todas las obras públicas que cada ayuntamiento
acomete.
- Que se imponga la conservación de documentos.
- Que se imponga la prohibición de aceptar regalos.
- Que se imponga que cualquier compra que realicen las
Administraciones Públicas debería estar ejecutada a precios de mercado e
incluir, necesariamente, al menos tres ofertas de proveedores diferentes, para
poder elegir la más adecuada.
- Que se imponga la transparencia total de las
Administraciones Públicas: que cualquier decisión tomada por un funcionario
dentro del cumplimiento de su profesión pueda ser conocida por el resto de
ciudadanos, excepto por cuestiones relacionadas con la seguridad. Y así, ningún
miembro de la Administración podría negarse a satisfacer las necesidades de
información no sólo de los periodistas, sino de los votantes.
- Que se imponga la ausencia de cargos de designación
política: actualmente en todo el territorio nacional existe un elevado número
de cargos cuya designación ha sido realizada sin ningún criterio de méritos. La
hermana de Esperanza, el marido de la Fabra (sí, ese que siendo Consejero de
Sanidad nombrado a dedo privatiza los análisis clínicos y luego consigue que sea
su empresa la que se lleve la millonaria concesión de esos análisis), etc.,
etc. La guinda del pastel la pone una alcaldesa que no ha sido votada.
- Que se impongan las pruebas objetivas: para cubrir el
lugar de los altos cargos de las Administraciones Públicas deberían realizarse
pruebas objetivas, en lugar de ser por designación partitocrática. Estos cargos deberían designarse por méritos
propios, nunca por “soy pariente de, novia de, amante de, prima de, la hermana
de…”.
- Que la remuneración de los sueldos públicos sea
homogénea: no es lógico que un concejal en Alcalá de Henares pueda cobrar diez
veces más que uno en Pontevedra, por ejemplo. Y debería ligarse a factores
económicos medibles con el índice de precios de consumo (IPC).
- Que se imponga la homogeneidad de sueldos: los
políticos no deberían jamás poder decidir sus propios sueldos.
- Que se imponga la incompatibilidad del cargo público
con el ejercicio de actividades privadas relacionadas directamente con los
asuntos en que tenga que intervenir por razón de su cargo.
Es decir,
Un político no debería, por ley:
- pertenecer a consejos de administración u órganos
rectores de empresas cuya actividad esté relacionada con las que gestione el
ayuntamiento;
- desempeñar cargo representativo o ejecutivo en
sociedades concesionarias, contratistas de obras, servicios o suministros,
arrendatarias o administradoras de monopolios o con participación o aval del
sector público local;
-tener participación superior al 10 por ciento en el
capital de dichas empresas.
Y ya de paso, acabe usted con la amnistía fiscal. Si esa
amnistía consiguió recaudar 85 millones de euros y diez eran de Bárcenas, es
como para creer que hizo usted la ley a medida de su tesorero.
Y por supuesto. Que los delitos de corrupción NO
PRESCRIBAN, para que su (ex) amigo Bárcenas no pueda irse de rositas.
Tan simple como esto.
Se puede y se debe exigir.
¿Y cómo puede exigirse?
Acabando con la ignorancia.
No es una crisis, es una estafa», oímos decir desde hace
meses.
Es una historia de robo, de complicidad, de sumisión, de
ignorancia generalizada y de maniobras de distracción.
Cuando los valores morales en una sociedad son la codicia
desaforada, el consumismo, la frivolidad, el sensacionalismo, el culto a la
apariencia, el culto al cuerpo, el yo-mí-me-conmigo, el hedonismo, el
solipsismo, el egoísmo, él ni-lo-sé-ni-me importa, el
no-leo-periódicos-porque-me-aburro-y-yo-sólo-leo-el-cuore, porque la
frivolidad-es muy-moderna; cuando cada uno barre para casa y únicamente mira
por lo suyo y le interesa menos que cero el bien común; cuando a los corruptos
no sólo no se les condena sino que se les premia y se les admira y se les
vuelve a votar; cuando las palabras ética y moral se pasan de moda, antes o
después el sistema cae, como ha quedado demostrado. Y se polariza: los ricos se
hacen mucho más ricos; y los pobres, más pobres.
Pero hemos llegado a un punto en el que la única manera
de salir adelante es desde la información y la exigencia.
Información es conocimiento, conocimiento es sabiduría,
sabiduría es poder.
Todos podemos salir a la calle a exigir una Ley de Transparencia
y una Ley Anticorrupción serias. Y ha llegado el momento de hacerlo.
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