No eres la talla de tu sostén ni la anchura de tu
cintura.
No eres el color de tu pelo, ni el de tu piel o el de tu
barra de labios.
No te defines por la cantidad de atención que captas de
los hombres o mujeres.
No eres la foto de perfil que tienes, ni los me gustas o
los retweets que puedas conseguir.
No eres ese diminuto vestido, ni esas enormes gafas de
sol.
No eres esa foto en la que encuadras un litro con un
cigarro.
No eres el piercing ni el aro que puedas llevar.
No eres esa camiseta sudada ni tampoco esas desgastadas
mancuernas del gimnasio.
No eres la ropa, los caprichos ni el dinero que puedas
conseguir.
Eres todas esas cosas por las que sonríes.
Eres todos esos sentimientos que posees y la calidad de
todos y cada uno de tus pensamientos.
Eres hermosa/o no por la forma de tu cuerpo, sino por la
calidad de persona que eres.
(Ángel Pérez)
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