Apenas escucho distracciones de aquellas vivencias
ambiguas y caducas,
ya no me intrigo ni me demoro por miradas conocidas,
sonrío por cada bostezo que me reprocharon,
le guiño al espejo el cual yo estoy reflejado.
ya no me intrigo ni me demoro por miradas conocidas,
sonrío por cada bostezo que me reprocharon,
le guiño al espejo el cual yo estoy reflejado.
Jesús Aran
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