lunes, 30 de diciembre de 2013

Pagano

Ni siquiera puedo levantar la mejilla como muestra de alegría en mi rostro, más no obstante me saturo con muecas de incomodidad, que si miro el móvil en público sin recibir llamadas ni mensajes, beber para parecer normal. Sonreír forzado a quien te lo exige, por no decirle déjame en paz, yo no tengo la culpa de no vivir como tú la navidad.


Mis regalos me los robaron el día que mi inocencia se quedó en el portal, de belén ya no me parecen sensatos sus discursos, de María una zoofilica que la iglesia quiere ocultar. El corte ingles enciende su árbol de navidad, yo aún retiro la arena de la playa de mis maletas, esas maletas que buscaron cambiar de destino, una nueva vida en la que el dar explicaciones queden en segundo lugar.




Jesús Aran

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